Se presentan los rituales y recetas de la cocina tradicional xiqueña en nueve historias que retratan la cosmovisión de un pueblo
Las cocinas del municipio de Xico, en Veracruz, abren sus puertas para mostrar la riqueza de sus comidas y bebidas, acompañadas de rituales y prácticas que se han transmitido de generación en generación, a través de la publicación Historias y recetas de la cocina xiqueña, de la autora Guadalupe Margarita Castillo León.
En este libro, que se presentará el sábado 25 de noviembre, a las 12:30 horas, en el marco de la tercera edición de la Feria del Libro de Cocina Tradicional FLICO en el Museo Nacional de Culturas Populares. La autora narra la preparación de recetas a partir de nueve historias y cuentos que abordan el tema de los alimentos, las tradiciones y vivencias del pueblo xiqueño, y que representan un retrato de su cosmovisión.
“La intención de que no sólo fuera un libro de recetas se debe a que me di cuenta que en Xico lo que se vive va muy de la mano con lo que se come. Son nueve recetas y relatos en relación a la preparación de los moles, los atoles, algunos dulces y los vinos, muy característicos del lugar”, comentó en entrevista la autora.
Esta publicación, la número 70, forma parte de la Colección Cocina Indígena y Popular, editada por la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura, que lleva en su haber 74 títulos editados en torno al tema y que abarca la cocina tradicional de diversas comunidades de la República Mexicana.
Castillo León comentó que la idea de compilar estas recetas y relatos surgió hace más de una década luego de que, por cuestiones de trabajo, llegara a vivir a la casa de Constantina, una mujer xiqueña. “Fue en su cocina, entre cazuelas, ollas, jarrones y jarritos, con historias que ella me iba narrando sobre cómo llegaron a su familia algunos objetos que albergaba ese espacio de la casa.”
Lo que llamó la atención de la escritora fue la magia y el respeto con el que en Xico se elaboran los alimentos. La comida se prepara con recogimiento, con reverencia a la naturaleza por todo lo que provee y ofreciéndolo con generosidad a los asistentes a la mesa. Las y los cocineros me compartieron noblemente sus secretos culinarios, que guardaban de generación en generación”.
Los lectores de esta publicación conocerán los platillos emblemáticos de Xico, municipio ubicado en la región central del estado de Veracruz, en cuyo poblado de casas de teja roja y calles de piedra y adoquín son característicos los frijoles con xonequi, planta que crece de manera silvestre todo el año y son el alma de este platillo endémico del lugar; así como su famoso vino de mora, fruta silvestre que crece entre los potreros y que es recolectada y preparada por los habitantes de las montañas.
La autora destacó el cuidado que los pobladores le ponen a la consagración de los ingredientes en las fiestas patronales. “Se bendicen los alimentos antes de ser preparados para que rindan. Se juntan los chiles, las semillas y las frutas con las que se prepara el mole. El xiqueño tiene una visión muy generosa y hace el convite de una forma indiscriminada, todos están invitados a las mesas que se colocan en las calles”, comentó la escritora.
En este municipio rodeado de montañas, los tamales son preparados en silencio, las cocineras no deben estar enojadas porque si no, no se cuecen. Señaló que todos los momentos en la vida de los habitantes de este municipio están marcados por determinados alimentos. El manjar de arroz o el dulce de chilacayote se comen en Semana Santa; y en las velaciones de los santos o previo a una boda se prepara la bebida de champurrado acompañada con pan.
La dieta cotidiana de las comunidades de la alta montaña, donde la vida es muy sencilla, consiste en chileatole de gallina de rancho y platillos de flores del gasparito, flor de frijol y hongos. Mientras que en la ciudad colonial, adornada de un estilo barroco, por ser un sitio fresco, se elabora el tradicional mole, una diversidad de atoles y chiles rellenos.
Estos son sólo algunos de los relatos que unen la tradición, los alimentos y los ritos alrededor de la cocina de esta comunidad de Veracruz, que formarán parte de la presentación editorial Historias y recetas de la cocina xiqueña, que se llevará a cabo el sábado 25 de noviembre, a las 12:30 horas, en el patio Jacarandas del Museo Nacional de Culturas Populares. La autora estará acompañada de Lorena Acosta Vázquez y Gregorio Hernández Zamora. La cita es en Avenida Hidalgo 289, colonia Del Carmen, Delegación Coyoacán, Ciudad de México. La entrada es libre.
Guadalupe Margarita Castillo León, nació en Las Lomas, municipio de Coatepec, Veracruz. Estudió la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Veracruzana. A través del PACMYC de la DGCPIU publicó en 2001 Ecos de cafetal. Historia y narraciones populares, trabajo que incluye la historia de su lugar natal, así como sus mitos, cuentos, narraciones y leyendas.
Desde su creación, coordina el proyecto Piedra de Cielo. Relatos de los abuelos contados por los niños, un trabajo de rescate sobre memoria histórica y vida cotidiana con alumnos de primaria del Colegio Simón Bolívar, campus sureste, institución para la que trabaja actualmente.
La cocina tradicional maya más viva que nunca, a pesar de los cambios en la forma de vida de las comunidades
El pozole chorriado, el chechak de venado, las porretas tostadas y el dulce de pepita chica de calabaza son sólo algunas de las 65 preparaciones culinarias escritas en el Recetario maya de Campeche, que se presentará este domingo 26 de noviembre, a las 13:30 horas, como parte de la tercera edición de la Feria del Libro de Cocina Tradicional (FLICO), en el Museo Nacional de Culturas Populares.
En este recetario maya se reúnen los saberes de una docena de cocineras de la comunidad de Dzitbalché, municipio de Calkiní, en Campeche, que revelan al lector el significado entre la madre Tierra y las costumbres y tradiciones de esta comunidad maya. Este trabajo es un rescate de la cocina indígena y que hoy se convierte en un legado escrito para las futuras generaciones.
La iniciativa de esta obra surgió con el apoyo del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC), impulsada por la Dirección General de Culturas Populares en 1995. Ahora, forma de la Colección de Cocina Indígena y Popular, número 72, de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU) de la Secretaría de Cultura, entidad que organiza esta fiesta de las letras y los sabores.
Doña Sofía May Dzib, reconocida dentro de su comunidad por su sazón, es una de las mujeres que compartieron la mayoría de las recetas plasmadas en las páginas de este libro, y aunque ya falleció, sus hijas María Juana y Fausta Margarita Caamal May, convocadas a esta presentación editorial, aseguran que su madre se sentiría orgullosa de que estos conocimientos heredados de sus antepasados estén al alcance del público en general.
Comentan que la conformación de esta obra surgió para dar a conocer que la cocina maya va más allá del aspecto gastronómico, pues también se ven involucrados elementos de religiosidad y rituales que continúan vigentes, reflejo de su cosmovisión y de los conocimientos de los ciclos agrícolas. Para el pueblo maya la cocina es factor de identidad y también un espacio donde las enseñanzas se trasmiten de mujeres a niñas.
Es por lo anterior que María Juana y Fausta Margarita señalaron que en este recetario también se explica el significado y las prácticas que se realizan para las comidas dedicadas a los dioses del monte, los alimentos que se consumen durante la celebración de los santos patronos o durante la ceremonia del “Jetsmek”. Aquellos que se ingieren después de un parto o cuando hay escasez de maíz y otros más, relacionados con la medicina tradicional para curar diversos padecimientos.
El texto está dividido en Bebidas y Atoles, Alimentos preparados con animales que se cazan en el monte y otras carnes, Alimentos con base en vegetales y leguminosas, Dulces típicos y Alimentos que se consumen de acuerdo con las costumbres y creencias del pueblo maya.
Las hijas de doña Sofía May Dzib aseguraron que la cocina tradicional maya está más viva que nunca, a pesar de los continuos cambios en la forma de vida de las comunidades, resultado de la modernidad. Las nuevas generaciones buscan conservar su esencia, pues como en el caso de María Juana y Fausta, representa mantener vivo el recuerdo de su madre a través de sus guisos y bebidas que hoy ellas llevan a sus mesas.
La mejor manera de que nuestro arte pueda caminar es por medio de la fusión: Arturo Márquez
“Escucho con atención a los jóvenes y, tengo que decirlo, lo mejor de esta generación son esos atrevimientos musicales. Arriesgarse a hacer algo nuevo es hacer camino”, afirmó en entrevista el destacado compositor mexicano Arturo Márquez, quien participó en el foro magistral “Experiencias de aprendizaje y trayectorias musicales”, en el marco del Séptimo Encuentro Tradiciones y Fusiones Musicales: Propuestas Indígenas 2017, que inició en el Museo Nacional de Culturas Populares.
Organizado por la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura, en colaboración con una docena de instancias de Cultura Estatales, el foro contó con la asistencia de las 15 agrupaciones musicales que participan en esta edición. Intérpretes y músicos imparten charlas y talleres que fortalecen el trabajo de los participantes con acciones de profesionalización, promoción y difusión, no sólo a nivel local, sino en circuitos masivos.
Los proyectos de estas bandas e intérpretes se distinguen por fusionar los ritmos tradicionales de su región con géneros contemporáneos, además de interpretar sus piezas en lengua indígena y emplear elementos de su cultura como vestimenta, danzas, ritualidad y coreografía.
En esta charla, Arturo Márquez estuvo acompañado de Guillermo Velázquez, uno de los principales intérpretes del huapango arribeño, fundador y director de la agrupación Los Leones de la Sierra de Xichú. Ambos compartieron su experiencia musical y expresaron su opinión sobre la tradición y la fusión.
Márquez, quien debutó como parte de esta iniciativa, se mostró emocionado. Dijo que la creación es parte esencial de todas las culturas. “Siempre he dicho que la mejor manera de que nuestro arte pueda caminar, es por medio de la fusión, lo vemos en cada rincón de Latinoamérica, no sólo con las músicas populares, sino también con la música de concierto. Nosotros somos fusión, somos mestizos y tenemos que darle importancia vital a esa naturaleza”, afirmó el compositor.
Señaló que este encuentro es una oportunidad no sólo de que los muchachos se encuentren a sí mismos a partir de la música, sino que se conozcan entre ellos y sumen esta experiencia colectiva con la suya. Celebró la inquietud de las nuevas generaciones por buscar la creación de algo novedoso. “La confusión también es algo normal en ellos, forma parte de ese deseo de aventurarse y entrar a cuartos oscuros para encontrar la luz en medio de la penumbra”.
El autor del Danzón No. 2 dijo que el principal reto de los jóvenes músicos es, no sólo tener la voluntad de incursionar en nuevas sonoridades, se necesita estudiar; conocer cómo es la música de nuestros antepasados, escuchar lo que ofrecen las corrientes actuales y analizar cómo se está haciendo la música en otras latitudes, para que a partir de estos elementos encuentren otras formas dentro de la composición.
Aunado a lo anterior, Márquez aseguró que hoy en día existe una gran diversidad de medios que abonan a la fusión y a la experimentación, como son los electrónicos o audiovisuales, sin embargo, instó a no olvidar mantener la esencia de lo que somos y nuestras raíces. Al dirigirse a los asistentes, les dijo: “Cada uno de ustedes es distinto, pero con rasgos comunes todos, y con algo que aportar”.
Finalmente, el compositor aseveró que la tradición ha evolucionado mucho porque hay intérpretes y músicos que apuestan a generar algo diferente. “La tradición, si no hay gente que proponga nuevas vertientes, se vuelve pieza de museo. La única manera en que podemos encontrar identidad es que exista vida en ella”.
En esta séptima edición del Encuentro Nacional Tradiciones y Fusiones Musicales: Propuestas Indígenas participa la UNAM como sede donde se llevan a cabo los conciertos de estas bandas y exponentes, representantes de 12 pueblos originarios de México.
Este festival polifónico y pluricultural concluirá con la premiación de los tres primeros lugares del Primer Concurso Nacional de Composición 2017 el viernes 24 de noviembre a las 17:00 horas en las Islas de Ciudad Universitaria y en donde se darán a conocer los nombres de los ganadores.
Ireri, jazz rock purhépecha; Lekilal, rock tsotsil y Demon, rapero hñähñü los ganadores del Primer Concurso Nacional de Composición 2017
El Séptimo Encuentro Tradiciones y Fusiones Musicales: Propuestas Indígenas concluyó con el anuncio de los ganadores del Primer Concurso Nacional de Composición 2017, en el que participaron 15 de los grupos y solistas participantes en este festival musical. En él, se desarrollaron charlas y talleres con músicos de trayectoria, y dos conciertos en Las Islas de Ciudad Universitaria, lugar donde se llevó a cabo la clausura este viernes 25 de noviembre.
El primer lugar lo obtuvo Ireri, agrupación michoacana de jazz-rock purépecha que fusiona estos dos géneros con interpretaciones en lengua originaria, español e inglés. El segundo lugar fue para Lekilal, banda de rock tsotsil proveniente de Zinacantán, Chiapas. Y el rapero hñähñü, Demon fue distinguido con el tercer lugar.
El anuncio de los ganadores y la entrega de los reconocimientos corrieron a cargo de Adriana Hernández, en representación de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU) de la Secretaría de Cultura y los músicos Damián Martínez y Amílkar Jiménez. Además de Mireya Ímaz, directora general de Atención a la Comunidad (DGACO) y Juan Mario Pérez Martínez, secretario técnico del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC) de la UNAM, instancias participantes en esta edición, que fue sede de los conciertos llevados a cabo el 24 y 25 de noviembre.
Este Primer Concurso Nacional de Composición 2017, organizado por la DGCPIU y diversas instancias de Cultura Estatales, nació este año con el propósito de fortalecer el Encuentro Tradiciones y Fusiones Musicales: Propuestas Indígenas e impulsar la creación de nuevas obras en lengua indígena, que permitieran fomentar la imaginación y poética de sus autores y plasmar en ellas parte de su cultura, aunadas a elementos como las fusiones musicales y otros ritmos experimentales.
Sergio de la Cruz, baterista y compositor de Ireri, expresó que es muy emocionante saber que su esfuerzo ha sido reconocido y, sobre todo, tener “la satisfacción, de llevar nuestra cultura a otros ámbitos. Expresar que en este proceso de globalización todos pertenecemos a un lugar, con raíces y una identidad que nos hace únicos. Nuestra lengua vale y tiene un mensaje, ahí está nuestra cosmovisión”.
La canción que hizo acreedor a Ireri al primer lugar es la titulada Somos uno, compuesta colectivamente por la banda. En ella se habla de hacer conciencia sobre el cuidado y el significado de la madre Tierra y su relación con el ser humano. Sus integrantes son: Sergio de la Cruz, baterista y letrista en lengua purépecha; Mariana Jaramillo, bajista; Francisco Diego, guitarrista; Miguel López, percusionista; Jaime Nambo Carmona, vocalista; y Bárbara Colín, saxofonista.
Los ganadores del segundo lugar, Lekilal, comentaron que después del concurso buscarán hacer crecer su proyecto. “Nosotros hacemos música en nuestra lengua, el tsotsil, porque somos hablantes y promotores de ella. La intención es dar a conocer lo que somos en realidad, de dónde venimos y cómo vivimos nuestra cotidianidad”, dijo Fernando, pianista de la agrupación.
En tanto, el rapero Demon, quien ganó el tercer lugar con la canción Auxilio, interpretada en lengua hñähñü, comentó que esta pieza describe la comunidad en la que vive y el orgullo que siente al ser hidalguense. También opinó sobre las charlas y talleres impartidos por Guillermo Velázquez, Arturo Márquez, Amílkar Jiménez, Damián Martínez, Mauricio Sotelo y Norma Zamora Rosa, entre otros exponentes de la música, quienes compartieron y acompañaron con sus experiencias y trayectorias a los músicos participantes.
“Los talleristas nos han dado mucho apoyo para hacer crecer nuestra propuesta. Fue una experiencia que nos sirve para hacer más profesional nuestro trabajo y llevarlo a otros espacios. De esta experiencia me quedo con el hecho de que hay que ser original, mezclar el lenguaje con la parte musical y elementos de nuestro pueblo, de nuestras tradiciones. Esto, para poder llevarlo a proyectos más grandes, mejor fundamentados, donde también se escuche nuestra voz”, comentó el cantante de rap.
Las distinciones a los tres primeros lugares incluyeron un premio por 50, 30 y 20 mil pesos, respectivamente, un reconocimiento y la publicación y grabación de su obra.
El Séptimo Encuentro Tradiciones y Fusiones Musicales: Propuestas Indígenas se llevó a cabo del 21 al 24 de noviembre en el Museo Nacional de Culturas Populares y Las Islas de Ciudad Universitaria, con la participación de 15 exponentes musicales, representantes de 12 pueblos originarios, provenientes de los estados de Chiapas, Puebla, Durango, Sonora, Guerrero, Tlaxcala, Yucatán, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Quintana Roo, Veracruz, Hidalgo y la Ciudad de México.
Llega el 10º. Festival de la Décima Guillermo Cházaro Lagos
¡Qué siga el fandango!
Entre música de son jarocho, calentana, son cubano, danzón, poesía popular y una muestra artesanal de diversas regiones de Veracruz, Michoacán y Ciudad de México, se llevará a cabo el 10º Festival de la Décima Guillermo Cházaro Lagos ¡Qué siga el fandango!, donde se rendirá homenaje a la Familia Barradas de Tierra Blanca, Veracruz y a su más reconocido representante, el arpista de gran trayectoria, Mario Barradas (1926), por sus 75 años de labor de difusión de la música jarocha.
Una actividad apoyada por la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaria de Cultura que se llevará a cabo el sábado 2 de diciembre de 2017 de 10:00 a 21:00 horas en el Museo Nacional de Culturas Populares con la participación de cerca de diez grupos y once versadores, además de 60 artesanos.
Durante el Festival se presentarán grupos de son jarocho de diversas comunidades del Sotavento Veracruzano, para que el público pueda apreciar la riqueza y variedad de esta música. De Tierra Blanca: la Familia Barradas; de Tlacotalpan: los Cocuyos, Ariles y Colibrí; de la comunidad El Nopal, San Andrés Tuxtla: Los Baxin; de Chacalapa: Café Café; de Tatahuicapan de Juárez: Son Jaguar. De la Ciudad de México: la Internacional Sonora Fandanguera y como invitado de otra región: el Trío La Lajita de Arteaga, Michoacán. Los asistentes también bailarán son cubano a cargo de Radio Cafetal, agrupación que recrea los ritmos afrocaribeños de los años cuarenta y cincuenta.
Para dar inicio al evento habrá una muestra de baile de danzón a cargo de la compañía ¡Qué siga el Danzón! de la Ciudad de México. Como un ingrediente fundamental, el Festival reunirá a versadores de Veracruz, Puebla y Ciudad de México, dedicados a cultivar la tradición poética de la décima espinela: Carlos Adolfo Rosario, Honorio Robledo, Diego Cruz Lara, Tirso Mario Díaz, Carlos Cruz Lara, Melania Jiménez, Alejandro Zenteno, Claudia Mendoza, Lourdes Aguirre Beltrán, José Antonio Santos, Cynthia Franco y Karlos Atl.
Además de la música y poesía, habrá una exposición gastronómica y artesanal de Veracruz (Acayucán, Jaltipán, Cosoleacaque, Tlacotalpan), Hidalgo, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Ciudad de México, entre otras regiones, donde habrá dulces típicos, pan tradicional, ropa tejida, instrumentos jarochos, discos de música tradicional, libros y joyería.
De Mario Barradas hay que decir que tanto él como sus padres, tíos y hermanos, han dejado huella en el ámbito de la música jarocha por más de ocho décadas. Su madre Luisa Murcia Durán de Tlacojalpan era bailadora y su padre, Manuel Barradas Díaz de Veracruz, un arpista que lo motivó a tocar este instrumento cuando apenas tenía 16 años. Todos sus hermanos eran arpistas: José Gabriel, Carlos y Plácido. También lo es su sobrino Carlos. Este ambiente musical propició que Mario Barradas se convirtiera en un talentoso y reconocido músico.
La cita es el sábado 2 de diciembre de 2017 de 10:00 a 21:00 horas en el Museo Nacional de Culturas Populares, ubicado en Av. Miguel Hidalgo No.289, Col. Del Carmen, delegación Coyoacán en la Ciudad de México. Entrada Libre.
Programa
10:40 h
Que siga el danzón
Ciudad de México
11:40
Chintia Franco y Carlos Atl
Ciudad de México
11:45 h
Colibrí
Tlacotalpan, Veracruz
12:30 h
Tirso Mario Díaz
Coatzacoalcos, Veracruz
12:35 h
Internacional Sonora Fandanguera
Ciudad de México
13:20 h
Claudia Mendoza
Puebla
13:25 h
Trío La Lajita
Arteaga, Michoacán
14:10 h
Alejandro Zenteno
Ciudad de México
14:15 h
Los Cocuyos
Tlacotalpan, Veracruz
15:00 h
José Antonio Santos
Tlacotalpan, Veracruz
15:05 h
Café café, cuerdas y percusión
Chacalapa, Veracruz
15:50 h
Diego Cruz Lara y Carlos Cruz Lara
Xico, Veracruz
15:55 h
Los Baxin
San Andrés Tuxtla, Veracruz
16:40 h
Reconocimientos
16:50 h
Melania Jiménez
Tlacotalpan, Veracruz
16:55 h
Grupo Ariles
Tlacotalpan, Veracruz
17:35 h
Honorio Robledo
Xico, Veracruz
17:45 h
Familia Barradas
Tierra Blanca, Veracruz
18:45 h
Carlos Adolfo Rosario
Tlacotalpan, Veracruz
19:00 h
Son Jaguar
Tatahuicalpan, Veracruz
19:45 h
Rifa
19:55 h
Radio Cafetal
Ciudad de México
20:40 h
Clausura