Con una reunión histórica de los Contadores del Tiempo concluye el XXII Festival de la Huasteca
Casi 400 participantes exhibieron durante cuatro días la riqueza cultural y artística de la Huasteca
En el municipio de Jalpan de Serra, la noche del sábado 21 de octubre en el atrio de la Misión de Santiago se llevó a cabo la clausura del XXII Festival de la Huasteca, que desde el viernes 19 fue el escenario principal de esta fiesta multicultural que reunió a casi 400 participantes.
Con la entrega del Bastón de Mando al Estado de Veracruz se oficializó su participación como anfitrión en la edición XXIII, que se llevará a cabo en el 2018. Una vez más, este encuentro conjuntó y promovió la riqueza de esta vasta región conformada por los estados de Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz, Hidalgo, Puebla y Tamaulipas.
En este acto tomaron la palabra Selene Salazar, presidente municipal de Jalpan de Serra, Emelia Reyna Sánchez, subdirectora de Desarrollo Cultural Regional del Instituto Veracruzano de Cultura, quien recibió el Bastón de Mando del próximo año y Luis Roberto Castrejón Durán, director de Desarrollo Regional y Municipal de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU) de la Secretaría de Cultura federal.
La presidenta municipal de Jalpan de Serra agradeció a cada uno de los participantes en este encuentro, así como al público asistente y organizadores que unieron sus esfuerzos para que se llevara a cabo con éxito este festival. “Cada una de las delegaciones participantes se lleva una parte de nuestro corazón y nosotros nos quedamos con la hermandad y la sencillez de nuestra gente, que nos mantiene unidos como huastecos, con raíces entrelazadas con nuestros pueblos, con manos teñidas de tierra que tejen nuestra cultura y tradiciones. Así somos los serranos y los huastecos de las diferentes regiones de nuestro país”.
Emelia Reyna Sánchez, a nombre del estado de Veracruz, externó su agradecimiento al ser sede en el 2018. “Como parte del Programa para el Desarrollo Cultural de la Huasteca mantenemos firme la preocupación por la salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial y seguiremos trabajando para contribuir en la preservación de las manifestaciones culturales que lo componen”.
En representación de la DGCIPU de la Secretaría de Cultura, Luis Roberto Castrejón Durán expresó: “Querétaro ha vuelto a escribir la historia del festival, ahora inicia el turno a nuestro estado hermano de Veracruz, a quien corresponderá el honor de ser lugar de encuentro para seguir mostrando la riqueza y diversidad cultural de la Huasteca”.
Las actividades de esta fiesta artística, cultural y gastronómica en este municipio enclavado en el norte de la Sierra Gorda de Querétaro, iniciaron con un desfile de bandas de viento y la apertura del tianguis artesanal y cocina tradicional de la Huasteca. Asimismo, se inauguró la exposición “Trajes tradicionales de la Huasteca Queretana”, de la colección de la maestra Aurora Zúñiga. El grupo de invitados especiales de la comunidad maya-quiché de Guatemala llevó a cabo su ritual de sanación.
Sucesivamente, se llevaron a cabo galas de huapango, representadas por tríos, agrupaciones y versadores de la Huasteca. Músicos e intérpretes virtuosos de gran tradición y jóvenes herederos del verso y la música, se presentaron en diversos espacios, como el atrio de la Misión de Santiago Apóstol, las plazas públicas, el Museo Histórico de la Sierra Gorda y el Centro Cultural de Jalpan.
Los asistentes, habitantes del lugar y de otros estados de la República Mexicana, no dudaron en integrarse a los talleres de baile de huapango arribeño, que a decir del músico Fernando Márquez, poco a poco sus pasos se han ido perdiendo y esta es una manera de darlo a conocer y promoverlo.
Los asistentes pudieron deleitarse con el taller de tamales de Chamal Xi ’Oi (de origen pame); y artesanas provenientes de Querétaro y San Luis Potosí mostraron la técnica del telar de cintura, mientras que de la huasteca hidalguense se exaltó la hechura del bordado.
Uno de los principales atractivos de este festival fue el Encuentro de los viejos huapangueros de la Huasteca. En esta charla, Pío Quinto Balderas, Lupe Reyes, Joel Monrroy, Elías González, Policarpo Flores, Guadalupe Reyes, Antonio González y Alejandro Tavera, compartieron con el público anécdotas de sus inicios en la música y el verso, además de sus alegrías, tristezas y sinsabores en este oficio de los sones, del que se declararon apasionados.
Unos de los protagonistas en esta XXII edición del Festival de la Huasteca fueron los Contadores del tiempo, tesoros vivos de la región, quienes la tarde del sábado se reunieron junto con las invitadas de Guatemala mayas-quiché, Tomasa y Sebastiana. Sanadores, médicos tradicionales, hablantes, contadores de ciclos agrícolas, de ritualidad y de vida compartieron con una numerosa audiencia sus saberes ancestrales.
El tema de los contadores del tiempo es un tema milenario, sin embargo, fue algo nuevo que se abordó como un momento único en la historia de nuestro país, con más de una docena de exponentes. Los participantes se refirieron a la importancia de los rituales dedicados al maíz, la tierra, la luna, el sol, los cuatro elementos naturales y los puntos cardinales, su incidencia en la forma de vivir, las tradiciones y la forma en cómo determinan la identidad de una comunidad.
Algunos de ellos mencionaron el ritual dedicado no sólo a la vida sino también a la muerte. En la conversación también se expuso la lucha por preservar el maíz criollo en lugar del transgénico. Expresaron su tristeza, pues el hombre ya no utiliza los ciclos de la luna al momento de sembrar, casarse, tener hijos, cosechar o cortar una planta o un animal para alimentarse.
La medicina tradicional fue otro de los tópicos en la mesa, la consideraron un refugio de vida, un acto de bienestar hacia los demás y de paz consigo mismo. Respecto a la alimentación, relacionaron el ciclo de vida entre el ser humano y la naturaleza, y lo ejemplificaron con el ritual de preparación de los alimentos a los dioses. “Queremos un tiempo de paz, un tiempo de armonía, un tiempo de convivencia con nuestra vida cotidiana, por más sencilla que sea”, expresaron.
Las presentaciones de discos y libros también formaron parte las actividades. En ellas se reconoció el trabajo de personajes que gracias a la investigación, promoción, difusión y creación exponen, a través de la música y las letras, la riqueza y diversidad artística, cultural y natural de sus comunidades.
A esta reunión también se sumaron espectáculos de bailadores, versadores, danzantes tradicionales y el performance “Huastequíssimo”, en el que bailarines de danza clásica, contemporánea y folklórica exhibieron una propuesta experimental de los sonidos tradicionales de estado de Tamaulipas. Las artes escénicas se vieron representadas a través del teatro de sombras, con la obra “El violín mágico” de la compañía Banyan de Marionetas.
Posterior al acto de clausura, la fiesta musical prosiguió con una tradicional topada, que se extendió hasta la madrugada del domingo. Sobre un tapanco de madera subieron Tobías Hernández y sus Huapangueros quienes se enfrentaron a través del agudo verso y con quinta huapanguera, jarana y violines en mano, contra la agrupación de Toño Jiménez y sus atrevidos de la Sierra.
Aunque este festival concluyó oficialmente la noche del sábado, las actividades continuaron hasta el domingo 22 con el tianguis artesanal y cocina tradicional de la Huasteca; además de presentaciones de libro y video, así como un ritual de despedida a cargo de las contadoras del tiempo maya-quiché de Guatemala.